El arte del tatuaje en Japón

Muchos sabréis ya que el tatuaje no está especialmente bien visto en Japón, ya que se asocia a la yakuza o mafia japonesa, pero ¿ha sido siempre así? ¿Cuál es la historia del irezumi o el arte del tatuaje en Japón?

HISTORIA

El irezumi (入れ墨) o “meter tinta” en japonés es un arte que lleva practicándose desde el periodo paleolítico y que únicamente en la historia reciente, a partir de la revolución Meiji (1868-1912) se asoció a los delincuentes y a la clase baja de la sociedad. A pesar de esto, la técnica del tatuaje decorativo que se había perfeccionado durante siglos, especialmente durante el periodo Edo (1600-1868), siguió practicándose en secreto.

Aunque cada vez hay más japoneses que se tatúan por simple decoración, son todavía muchísimos menos que los occidentales, ya que saben que puede ser un problema para su vida laboral.

EL TATUAJE EN LA SOCIEDAD JAPONESA

Con el gran crecimiento económico de la década de los 80, la sociedad de Japón se basó en valores de grupo y, a pesar de que está poco a poco cambiando, es todavía una sociedad que tiende a la homogeneidad y en la que destacar (intelectual o físicamente) no es algo visto positivamente. En Japón llevar un tatuaje puede convertirse en un estigma social.

Aún durante la época Meiji, cuando la práctica fue prohibida por el gobierno japonés, muchos extranjeros acudían a Japón en busca de un tatuador que les decorara la piel con la técnica tradicional que había adquirido fama mundial. Con el fin de la Segunda Guerra Mundial, el tatuaje fue legalizado, pero su imagen asociada a los criminales en Japón no ha sido aún borrada.

Los japoneses rebeldes tienden a vestirse vistosamente o entrar en alguna de las variadas tribus sociales que pueblan la capital, pero no suelen hacerse tatuajes, ya que es mucho más difícil quitarse un tatuaje que cambiarse la ropa gótica y ponerse uno de los típicos trajes de asalariado con los que se visten miles de japoneses cada mañana para acudir a sus puestos de trabajo.

VIAJAR A JAPÓN CON TATUAJES

Por otro lado, en los países occidentales, los tatuajes y otras decoraciones corporales están a la última moda (desde hace ya unos años). Al principio, tanto los piercings y los tatuajes se presentaron como una forma de diferenciarse del resto, una forma de rebeldía o inconformismo. Pero, en la actualidad, las decoraciones corporales se han convertido en algo tan común, que me pregunto si llevar un tatuaje no será una nueva forma de alineación. ¿Lo rebelde hoy en día será ir sin tatuajes, piercings y con cara lavada?

Algo que tenéis que tener en cuenta si viajáis a Japón, es que en la actualidad todavía hay muchos onsen o baños de aguas termales que prohíben la entrada a gente tatuada, incluyendo extranjeros. 

Para ahondar más en el concepto del “auténtico tatuador japonés” y el espíritu japonés, os recomendamos el libro “Tatuaje”, una de las primeras novelas de Junichirō Tanizaki (1886-1965), uno de los grandes autores de la novela japonesa contemporánea. En él se narra la historia de un tatuador obsesionado por encontrar el cuerpo perfecto sobre el que clavar su virtuosa aguja.